martes, 16 de octubre de 2012

Octubre: Un mes de heroísmo y religiosidad


Por Stalin Portal Cabanillas
Presidente
Comisión Organizadora
Comando Universitario  Aprista
Universidad Nacional Mayor de San Marcos


Este mes, conocido también como el mes morado, cuenta con un conjunto de efemérides harto valiosas para la identidad de nuestra nación y de nuestro partido. Tres acontecimientos marcan con inexorable frenesí  la relación intrínseca entre heroísmo y religiosidad que tiñe de un profundo sentimiento nuestros días de primavera.

Para nuestro calendario cívico patriótico el 08 de octubre es una fecha de un profundo sentimiento nacional, pues recordamos aquella gesta imperecedera que fue el Combate de Angamos, donde el gran Caballero de los Mares defendió memorablemente nuestra patria. Su estela aún ha quedado marcada como una impronta indeleble en las aguas del mar del Callao. Debemos valorar siempre la temeraria entrega que nos enseña Don Miguel Grau Seminario, Almirante naval  de la armada peruana, quien  con la férrea convicción de los gladiadores de las antiguas gestas epopéyicas, no dudó  ni un segundo en inmolarse por defender nuestra frontera marítima y el honor de nuestra nación. Sin soslayar aquellas  características de valía y heroísmo, también debemos traer a colación  la característica más humana de este peruano por excelencia, que al derrotar y hundir a la corbeta Esmeralda en las aguas de Iquique, de la forma más humana y valiente, se tomó la molestia de entregar las pertenecías del caído comandante Arturo  Prat Chacón (el 21 de mayo de 1879 en Iquique), a su esposa  viuda Carmela Carvajal, adjuntando  una carta de invalorable sensibilidad. Este hecho es reconocido y valorado por el pueblo chileno, y Grau es considerado como el personaje peruano más recordado por el pueblo vecino del sur en dicha contienda bélica. Hombres de esta sensibilidad humana nos hace recordar a los mártires de nuestro partido y a nuestro Jefe Víctor Raúl Haya de La Torre, quienes también lucharon por nuestra patria, defendiendo la democracia durante el siglo XX.

Don Miguel Grau Seminario (1834 – 1879)

Como concatenación heroica en las aguas de nuestro mar, recordamos también el siguiente acontecimiento.  Para los fastos de nuestro partido, el 03 de octubre es una fecha muy significativa, pues se cumplen 64 años de la rebelión naval de 1948. Aquella gesta adquiere relevancia por haber sido dirigida por el c. Juan Manuel Ontaneda Meyer, oficial de marina de nuestras Fuerzas Armadas; en las mismas aguas donde el almirante Grau se inmoló por defender nuestra soberanía nacional. En dicho alzamiento participaron suboficiales navales que, orientados por los valores democráticos  aposentados por  el aprismo, defendieron la carta magna de nuestra patria  que el Presidente de aquella época José Luis Bustamante y Rivero intentó pisotear tras una diáfana sumisión a la oligarquía que planeaba una insurrección liderada por Manuel Odría. Este último  lo derrocaría días más tarde. Dicha insurgencia fracasó por la traición, y marcó el inicio de una nueva persecución para el Partido Aprista Peruano. El PAP pasó a la ilegalidad y muchos apristas fueron sentenciados a prisión, incluido nuestro c. Juan Manuel Ontaneda quien fue recluido por ocho años (1948-156) en la entonces  Penitenciaria Central de Lima, actualmente el Centro Cívico.

Homenaje a los 64 años del levantamiento  de los marineros en   octubre de 1948. 06 de octubre 2012

Para contrastar con  dichos homenajes heroicos, en estos días las calles del Centro de Lima se copan de feligreses que se toman un tiempo para asistir a la tradicional procesión del Señor de los Milagros o cristo de Pachacamilla. Miles de fieles vestidos de la tradicional indumentaria portando detentes para expresar su identidad y compromiso con la religiosidad y  la fe limeña, salen a acompañar al Cristo crucificado en señal de devoción y tradición criolla en las calles de nuestra híbrida y heterogénea ciudad. Esta institución religiosa se lleva a cabo también en diferentes ciudades del mundo como New York, Madrid, París, etc.
La idea que pretendo  transmitir es un poco la misma que se aprecia en la complejidad de nuestra sociedad. El aprismo es una especie de simbiosis entre lo formal  y lo místico -  religioso. Está profundamente arraigado en nuestra sociedad, desatando amores apasionados y odios viscerales en la opinión pública y en la esfera social de nuestro país.

Para comprender al aprismo no basta con estudiarlo desde afuera con herramientas teóricas o metodológicas, es necesario sentirlo, ser parte de él y entender la fuerza de lo intersubjetivo sobre las estructuras rígidas que, muchas veces mezcladas con el sentido común, suelen presentar erradas lecturas.