viernes, 11 de mayo de 2012

Necesidad de la población, Gancho de Campañas Políticas


c. Eddy Chinchón
Universidad San Martín de Porres

Desde hace muchos años, los candidatos a cargos políticos han empleado distintas formas de publicitar su campaña; ya sea mediante canciones, afiches en las paredes, propagandas en las radios, volantes al paso y donaciones que llevan sus nombres.

En el Perú, se han observado diversas ideas que han sido puestas en práctica, tales como: pintas en los cerros, en las paredes de las calles, en servicios de transporte público y hasta en propiedades privadas, ofrecimientos de todo tipo e, incluso llegan a “comprar” los votos con vívires. A partir de todo esto, surge la pregunta ¿es este procedimiento legal? La respuesta es obvia, no es legal; sin embargo todas estas estrategias políticas generan puestos de trabajo, en la mayoría de los casos, a ciudadanos de escasos recursos. Ante esta situación, podemos afirmar que mucha que incursiona en la política simplemente utiliza a las personas de bajos recursos económicos con el fin de alcanzar su tan anhelado sueño: un cargo público o político. Estos candidatos usan como fuente de inspiración la célebre frase que se hiso conocida a partir de la obra el Príncipe de Maquiavelo: “el fin justifica los medios”, pero esto se debe erradicar del país respetando las normas legales.

Existen un gran número de candidatos a los diversos cargos políticos del Perú, siendo fundamentalmente dos los más pugnados: La presidencia de la república y la Alcaldía de Lima. Debido a que en cierto modo nuestro país es aún centralizado, se concentra la mayor parte del poder en la capital, es por eso que después de la presidencia de la república, el segundo en mención vendría a ser el cargo más importante. Es así que muchas veces postular a estos cargos no tiene como fin colaborar a la comunidad; si no hay una intención descaradamente lucrativa y , sobre todo, de buscar un provecho  en los sectores en los que se puede persuadir con facilidad, lo que causa desde varias generaciones atrás mucha desconfianza por parte de los sufragantes, quienes ya no saben en quien sembrar sus esperanzas para forjarse un futuro mejor.

Mariana Olcese, analista política, dice lo siguiente: “En nuestro país, no sorprendería afirmar que los partidos políticos son débiles y no se encuentran firmemente enraizados en la población”. Esto es una clara muestra de que las cosas no marchan bien, porque esta desvinculación se evidencia debido a que los candidatos juegan con la necesidad de la población para alcanzar sus ambiciones personales y conseguir votos que les conduzcan a cargos que les permitan no servir al pueblo sino servirse de él.

Un ejemplo de las peores o vergonzosas campañas publicitadas basándose en la necesidad de las personas fue en el año 2007 en el que hubo un terremoto devastador de 7,9 grados en la ciudad de Pisco, que dejó 35,000 damnificados. Por esos días, el caos imperaba soberana debido a que no llegaba ayuda suficiente por parte del Gobierno, en medio de todo el embrollo, unas llamativas y curiosas latas de atún etiquetadas con las caras del presidente venezolano Hugo Chávez y del líder nacionalista, el actual presidente del Perú, Ollanta Humala, se repartieron  a las familias dañadas por el siniestro, se verificó que, además de las fotos de Chávez y Humala, en las latas se podía leer la frase: “Ante los saqueos, desesperación y caos. ¡Solidaridad! Con nuestros compatriotas”. Este hecho despertó las críticas del entonces gobierno del c. Alan García presidente del partido, quien salió a frenar los presuntos aires populistas de sus opositores y sostuvo con firmeza: “No es el momento de aprovecharse de las circunstancias para hacer propaganda electoral”.

Cabe preguntarnos, ¿hasta cuándo los políticos van a utilizar a las personas como escalera para llegar sus objetivos? Es importante que las personas sepan a quién van a elegir para que las represente por un período de año; pues una mala decisión podría traer como consecuencia que las personas sigan decepcionándose cada vez más de la política nacional. Es momento de cambiar y no dejarnos llevar por primeras impresiones; sino analizar objetivamente y a partir de ello decidir a quien respaldaremos con nuestro voto. Así el día de mañana no nos arrepentiremos de una mala elección.