miércoles, 20 de junio de 2012

¿Yo odiar?... ¿Para qué?

Por Alfredo Marcelo García
Secretario Nacional de Prensa, Propaganda y Redes Sociales
Comando Nacional Universitario Aprista


Cuando ingresamos a la universidad, pues muchos llegamos con la alegría de creer en aquellos lazos de hermandad no solo latinoamericana sino tambien a nivel mundial, tendemos pues a creer seriamente en este fenomeno llamado aldea global, dejando de lado viejos temas referidos a discordias y odios que visto desde nuestra óptica (estudiante universitario) solo son viejos pasajes de la historia.

Pues a esto último, deben poner mayor énfasis, estimado lectores, en mi caso puedo decir que mi actual estadía en los claustros universitarios, no solo me ha nutrido de conocimientos que ignoraba; también los viejos doctores pretenden forjar en mí, con sus discursos sobre temas que nos traen a la mente sentimientos encontrados, un sentimiento de odio, pues suelen avivar ese fuego tildando aquello como por ejemplo, el genocidio, el latrocinio, de ese criador de cerdos analfabeto  y esa bandada de barbaros que llegaron al paraíso llamado Tahuantinsuyo, quienes arrasaron todo lo bello y perfecto de esa sociedad y nos dejaron lo que actualmente somos, una sociedad corrompida y  endeble, han tratado que adopte como mío ese discurso, que ese odio feroz lo adquiera y por ende lo siga predicando entre mis futuros alumnos  y, no solo quedándose en ese tema el que todos conocemos como la conquista del Perú por parte de los españoles; también suelen dar furibundos discursos desde sus viejas cátedras acerca de la fatídica guerra de los 10 centavos, así es como suelen decir desmedidos epítetos y desvivirse por hacer de ese hecho algo digno de ser odiado por toda la eternidad, así suele hablarse de nuestro vecino del sur en nuestras aulas universitarias.

A lo mencionado anteriormente puedo decir que muchos adoptan ese discurso como propio, haciendo suyos odios añejos, como si esta fuese un herencia digna de ser recibida, para mi pues esto va en contra de todo aquello en lo  que muchos creen al igual que yo, acerca de la hermandad de Latinoamérica y de España, pues en pleno siglo XXI no concebimos otra forma de ver a chilenos, ecuatorianos, argentinos,  bolivianos y españoles que no sea como como hermanos con los cuales compartimos gusto y predilección por  la cultura, estilos musicales, moda, gustos por la comida entre otras actividades que lo único que hace es acercarnos aún más. Cabría decir que no somos indígenas o parafraseando a Antauro Humala cobrizos, que el Tahuantinsuyo no era el paraíso, lamentablemente no lo fue, nosotros y lo digo claramente somos el resultado de la fusión de la cultura indígena y española, somos pues el mestizaje, del cual no podemos escapar y, al contrario debería servir para unirnos aún más.
Por ultimo puedo decir que somos pueblos con un pasado en común y un presente entrelazado quienes vemos y seguiremos viendo el futuro como pueblos hermanos, pues estamos llamados a hacer realidad el viejo sueño Bolivariano de una América unida, sueño pues compartido por muchos hombres como Haya de la Torre en lo que el denomino Indoamérica y, que tal vez nosotros hoy denominemos con otro nombre pero que en sí el sueño es el mismo, vivir como hermanos, que siempre fuimos y siempre seremos. Por eso te digo hermano;  yo odiar, para qué.