Por Alfredo Marcelo García
A lo mencionado anteriormente puedo decir que muchos adoptan ese discurso como propio, haciendo suyos odios añejos, como si esta fuese un herencia digna de ser recibida, para mi pues esto va en contra de todo aquello en lo que muchos creen al igual que yo, acerca de la hermandad de Latinoamérica y de España, pues en pleno siglo XXI no concebimos otra forma de ver a chilenos, ecuatorianos, argentinos, bolivianos y españoles que no sea como como hermanos con los cuales compartimos gusto y predilección por la cultura, estilos musicales, moda, gustos por la comida entre otras actividades que lo único que hace es acercarnos aún más. Cabría decir que no somos indígenas o parafraseando a Antauro Humala cobrizos, que el Tahuantinsuyo no era el paraíso, lamentablemente no lo fue, nosotros y lo digo claramente somos el resultado de la fusión de la cultura indígena y española, somos pues el mestizaje, del cual no podemos escapar y, al contrario debería servir para unirnos aún más.
Secretario Nacional de Prensa, Propaganda y Redes Sociales
Comando Nacional Universitario Aprista
Cuando ingresamos a la universidad, pues muchos llegamos con la alegría de creer en aquellos lazos de hermandad no solo latinoamericana sino tambien a nivel mundial, tendemos pues a creer seriamente en este fenomeno llamado aldea global, dejando de lado viejos temas referidos a discordias y odios que visto desde nuestra óptica (estudiante universitario) solo son viejos pasajes de la historia.
Comando Nacional Universitario Aprista
Cuando ingresamos a la universidad, pues muchos llegamos con la alegría de creer en aquellos lazos de hermandad no solo latinoamericana sino tambien a nivel mundial, tendemos pues a creer seriamente en este fenomeno llamado aldea global, dejando de lado viejos temas referidos a discordias y odios que visto desde nuestra óptica (estudiante universitario) solo son viejos pasajes de la historia.
Pues a esto último, deben poner mayor énfasis,
estimado lectores, en mi caso puedo decir que mi actual estadía en los
claustros universitarios, no solo me ha nutrido de conocimientos que ignoraba;
también los viejos doctores pretenden forjar en mí, con sus discursos sobre temas
que nos traen a la mente sentimientos encontrados, un sentimiento de odio, pues
suelen avivar ese fuego tildando aquello como por ejemplo, el genocidio, el
latrocinio, de ese criador de cerdos analfabeto y esa bandada de barbaros que llegaron al
paraíso llamado Tahuantinsuyo, quienes arrasaron todo lo bello y perfecto de
esa sociedad y nos dejaron lo que actualmente somos, una sociedad corrompida
y endeble, han tratado que adopte como
mío ese discurso, que ese odio feroz lo adquiera y por ende lo siga predicando
entre mis futuros alumnos y, no solo
quedándose en ese tema el que todos conocemos como la conquista del Perú por
parte de los españoles; también suelen dar furibundos discursos desde sus
viejas cátedras acerca de la fatídica guerra de los 10 centavos, así es como
suelen decir desmedidos epítetos y desvivirse por hacer de ese hecho algo digno
de ser odiado por toda la eternidad, así suele hablarse de nuestro vecino del
sur en nuestras aulas universitarias.
A lo mencionado anteriormente puedo decir que muchos adoptan ese discurso como propio, haciendo suyos odios añejos, como si esta fuese un herencia digna de ser recibida, para mi pues esto va en contra de todo aquello en lo que muchos creen al igual que yo, acerca de la hermandad de Latinoamérica y de España, pues en pleno siglo XXI no concebimos otra forma de ver a chilenos, ecuatorianos, argentinos, bolivianos y españoles que no sea como como hermanos con los cuales compartimos gusto y predilección por la cultura, estilos musicales, moda, gustos por la comida entre otras actividades que lo único que hace es acercarnos aún más. Cabría decir que no somos indígenas o parafraseando a Antauro Humala cobrizos, que el Tahuantinsuyo no era el paraíso, lamentablemente no lo fue, nosotros y lo digo claramente somos el resultado de la fusión de la cultura indígena y española, somos pues el mestizaje, del cual no podemos escapar y, al contrario debería servir para unirnos aún más.
Por ultimo puedo decir que somos pueblos con un
pasado en común y un presente entrelazado quienes vemos y seguiremos viendo el
futuro como pueblos hermanos, pues estamos llamados a hacer realidad el viejo
sueño Bolivariano de una América unida, sueño pues compartido por muchos hombres
como Haya de la Torre en lo que el denomino Indoamérica y, que tal vez nosotros
hoy denominemos con otro nombre pero que en sí el sueño es el mismo, vivir como
hermanos, que siempre fuimos y siempre seremos. Por eso te digo hermano; yo odiar, para qué.