jueves, 14 de junio de 2012

Carlos Eliseo Arístides o Jorge Idiáquez: Símbolo de Lealtad

c. Alexis Meléndez Herrera
Secretario General
Comando Nacional Universitario Aprista

 c. Jorge Idiáquez
Sean las primeras palabras de homenaje al c. Jorge Idiáquez, para saludar y recordar su memoria hoy en el que se cumple un año más de su sensible fallecimiento. Saludemos también a la lealtad aprista y a la fraternidad que inculco siempre al lado de compañero jefe, valores supremos y esenciales que han permitido la perdurabilidad de nuestro movimiento y que jamás debemos dejar de lado.

Hoy se cumple una fecha más desde que el c. Jorge Idiáquez partió hacia la eternidad. Hoy los apristas recordamos con tristeza su pérdida pero también con orgullo magnánimo por su gran actuación dentro del aprismo y sobre todo por su cercanía a nuestro jefe y maestro Víctor Raúl Haya de la Torre. Pero ¿Quién fue Jorge Idiáquez? ¿Qué importancia tiene dentro de la historia del Partido del Pueblo?

El jefe y el c. Jorge Idiaquez
En primer lugar debemos recordar que Jorge Idiáquez (Chayo), fue Carlos Eliseo Arístides. Jorge Idiáquez fue el seudónimo que adquirió nuestro c. Carlos Eliseo en tiempos de la clandestinidad. Nació el 14 de junio de 1907 y Fue hijo de Arístides Idiáquez y de Doña María Ríos. Se inscribió a los 22 años de edad al partido del pueblo, desde ahí juró junto a sus hermanos Ismael y Gregorio luchar hasta el final y entregarse a los ideales de Víctor Raúl Haya de la Torre y a la causa del Aprismo.

c.Jorge Idiaquez y el c. Armando Villanueva
a lado del jefe en los últimos momentos
Jorge Idiáquez nos dejo un gran ejemplo para seguir, su fidelidad, su sacrifico y entrega de su vida para permanecer a lado de nuestro c. Víctor Raúl hasta el último momento; sin lugar a dudas dentro de nuestro movimiento es el símbolo de LEALTAD y de la Consecuencia. Estuvo al lado de nuestro jefe, prácticamente desde el día que Benavides soltó a Haya de la Torre luego de permanecer en el Panóptico y por encargo de Alfredo Tello a nombre del comité de Trujillo, pues Idiáquez  reunía las características solicitadas por Haya, un hombre valiente y con la experiencia de la revolución de Trujillo. Desde ese momento permaneció a su lado. Tan solo se tuvo que separar en dos ocasiones del lado de nuestro jefe. La primera que lo alejo 4 meses cuando lo tomaron preso y cayó herido por las balas de la persecución en noviembre de 1939 a raíz de un asalto a la casa de la madre de la c. Hilda Urízar en Barranco; y la segunda cuando fue deportado por el gobierno de Juan Velazco Alvarado en setiembre de 1972 hasta febrero de 1973.
Idiáquez estuvo hasta el último momento, ello se reafirma en Vigencia Histórica de Haya de la torre que es una compilación del c. Wilbert Bendezú publicada en mayo de 1984 y donde textualmente el c. Idiáquez dice: “El día que murió ya estaban las enfermeras cuidándolo, sólo yo me limitaba a ayudarlas a ellos y a los médicos. En su ultimo día me llamaron a las 6 de la mañana del 2 de agosto, para que los ayudará  a voltearlo y Víctor al sentir que yo estaba ahí abrió los ojos, me agarró el brazo y me ajusto tres veces, era el saludo aprista. Ese final lo recordaré toda mi vida y por eso lucharé hasta el fin. Fue nuestro último entendimiento…”

c. Jorge Idiáquez…¡Presente!
¡Viva la Lealtad Aprista!
¡Viva Haya de la Torre!